por Oscar Rodríguez Gómez.
La primera vez que Serena Williams perdió seriamente un Grand Slam fue en Wimbledon, en 2004. Una portentosa y bella rusa de 17 años se llevaba la Copa de La Catedral. Poco después en el Tour Championship de Los Ángeles, esa russki que se llama Maria Sharapova volvió a imponerle a la afro su victoria. Y surgió la leyenda urbana , campo tenis, de La bella vs. La bestia. Serena nunca lo perdono y jamás volvió a ser derrotada por la campeona más bella del mundo. Su head to head está en 16-2. El domingo, con nueva superstar, la historia del tenis, como la moneda del saque, estara en el aire.
Este viernes de semifinales, cuando el cosmopolitismo del tenis ofrecía la antesala de la corona de la Gran Manzana a la más bella de la Gran China y a la fénix escandinava y gran esperanza blanca, el azar inmisericorde dejo a la rubia en el codiciado sitio a costa del retiro, muy doloroso, de la princesa oriental.
Aunque al final sólo se trata de un juego, el dramatismo que puede imprimirse a las imágenes de un match en el que sucede algo inusual es sorprendente. Tras de un primer set de partido cruzado , con la bola a merced del viento y en un duelo de fondo, la top model danesa hubo de soportar rallies hasta de 28 golpes, dos humillantes quiebres y el llegar a tie break con Shue Peng. La verdugo de Sharapova lo resolvió y sacó la primera diferencia por 7-6 (1).
Vino el segundo y la intuición de la rubia acerco al trainer, quien le dio medicamento. Siguió el juego, Caro quebro y quedó 3-2, vino un cambio de lado y fue entonces cuando, afectada por calambres de película de zombis, la valiente chinita frenó las acciones cuando el marcador estaba en 4-3 a su favor. Fue atendida fuera de la cancha, regreso, jugó siete puntos más y se arrodilló en el piso. Desconcierto total y de nuevo el ingreso de los médicos, en una escena bastante dramática. Fin del partido. La china, en llanto, se tuvo que retirar del Arthur Ashe en silla de ruedas. El parte médico adujo un golpe de calor.
Es de señalar el comedimiento de la súper sexy Wozniaki para romper el protocolo y participar en la atención a su adversaria. El público se lo reconoció con un prolongado aplauso y la TV mundial mostraba sus inefables ojos al borde de la consternación. No es grato llegar así a la final de finales. Y menos frente a Serena.
La dueña del tenis norteamericano es la misma de siempre. La número uno del mundo tuvo un ritmo arrollador y se impuso por 6-1 y 6-3 a Ekaterina Makarova (18). Por primera vez en el año está más allá de octavos de final en un Grand Slam, e irá en busca de su tercer título seguido en el US Open, sexto en su cosecha, y N°18 de Major. La estadounidense, cabe destacar, apenas perdio 26 games en su camino a la final del próximo domingo.
¿Cómo le fue al ÚNICO mexicano en Flushig Meadows, Don Santiago González ? El boletín difundido en el mundo dice que la pareja formada por la indostánica Sania Mirza y el brasileño Bruno Soares, primeros cabezas de serie, se proclamaron campeones de dobles mixtos del US Open al vencer en la final por 6-1, 2-6 y 11-9 a la norteamericana Abigail Spears y al mexicano Santiago González.Las estadísticas dejaron a los campeones con 54 golpes ganados por 47 de Spears y González, que cometieron 14 errores no forzados por 11 de Mirza y Soares.
