Fue en 1978 cuando el mexicano Raúl Ramírez venció al checo Thomas Smid por 6-3, 6-3, 6-4 en la final del torneo de Montecarlo.
Para llegar a la final, el gran Ramírez se impuso al alemán Jürgen Fassbender, al español José Higueras, al che Guillermo Vilas y al estadounidense Vitas Gerulaitis en la semifinal.
En ese entonces Ramírez ya era un tenista experimentado con victorias sobre los mejores del mundo, por lo que, su coronación para los críticos fue normal. Incluso le dio una paliza a Vilas, a quien no le había podido ganar.