POR ALEJANDRO ÁLVAREZ ZENITH
Cuando uno se imagina a la madre de Naomi Osaka cargándola de bebe seguramente alguien dudo de su maternidad porque su raza es oriental y Naomi tiene una genética de color por la influencia de los genes de su padre.
Pero en lo tenístico pocos hablan de su excelsa técnica para la ejecución del servicio, pues antes de pegarle a la pelota flexiona y con el impulso de la parte inferior (rodillas flexionadas) le pega fuerte y por eso mete ases sin problema.
Lo que pocos recuerdan de esta jugadora es su presencia en México y sus enfrentamientos con tenistas mexicanas en justas de bajo calibre si se comparan con el US OPEN.
Quién iba a decir que en la previa del Abierto Mexicano cuando se organizaba una versión WTA en la previa cayó en la primera ronda ante la australiana Ashleigh Barty, hoy en día uno del mundo.
Ese duelo en la temporada 2014 paso desapercibido, pero lo protagonizaron dos unos del mundo cuando no eran nada y aplica el dicho: Puedes tener a la uno del mundo a tu lado y no saberlo”.
Un torneo antes Osaka caypo en la final del ITF de Irapuato, justa fundada por Gil Magaña, ante la holandesa Indy De Vroome.
El primer duelo ante una mexicana se dio en el ITF de Monterrey en 2013 ante la local Jéssica Cortés. En el ITF – 25 disputado en El Paso, Texas, sudo para derrotar a Marcela Zacarías por 6-4, 2-6, 6-4. En 2016 concretamente en Florianapolis doblegó 6-1, 6-1 a Ana Sofía Sánchez 6-1, 6-1. Ese año vino por tercera vez al Abierto Mexicano y cayó en cuartos ante Sloane Sthepens.
Ahora Noami en lo que sigue de esta semana y la próxima tratará de ganar siete batallas para refrendar el cetro del US OPEN.