GOPE DE REVÉS
Alejandro Álvarez Zenith
El tenis mexicano actualmente no es dominante en Centroamérica y el Caribe en el ámbito profesional en la modalidad de singles. El mejor jugador es el salvadoreño Marcelo Arévavo y la mejor jugadora es Mónica Puig de Puerto Rico.
Por ello los Juegos Centroamericanos resultaron un reto interesante porque para llegar a las medallas era necesario vencer a exponentes de mayor ranking. En singles solo Giuliana Olmos pudo llegar a la semifinal y lamentablemente cayó ante la colombiana Mariana Duque, empero logró colgarse la presea de bronce.
En dobles Santiago González y Miguel Ángel Reyes son los mejores tenistas mexicanos y como pareja está claro que son los mejores de esta región, empero, está vez decidieron no intervenir. Esto sucedió con los singlistas de mejor ranking, siendo los casos de Lucas Gómez, Manuel Sánchez, Gerardo López y Tigre Hank.
Ante ese panorama Leonardo Lavalle capitán de la escuadra echó mano de Alejandro Hernández, quien fue superado por el guatemalteco Christopher Díaz y Alan Rubio, quien fue presa de Víctor Estrella. Tanto Hernández como Rubio dieron la pelea con scores parejos. Pero ni estando los jugadores antes mencionados se hubiera garantizado una presea dorada porque su ranking está por debajo del guatemalteco Díaz y del dominicano Estrella.
Fue incluido Alan Núñez como doblista. Alan y Hernández tuvieron eliminación temprana. En los dobles mixtos Núñez sacó cobre con Andrea Villarreal.
El capitán Agustín Moreno también tuvo que remar contra la corriente ante la negativa de integrarse a la escuadra por parte de Renata Zarazúa, Ana Sánchez y Victoria Rodríguez. Al igual que en la versión varonil ganar una presea dorada era complicada en singles porque existe el antecedente de que la colombiana Marian Duque venció en la final panamericana a Rodríguez. En Wimbledon y Copa Federación a Zarazúa.
Además había que tomar en cuenta la hegemonía de Mónica Puig, quien terminó arrasando en la competencia venciendo fácilmente a Duque.
Ante este panorama la actuación en dobles de Giuliana Olmos y Fernanda Contreras hizo posible que el tenis mexicano no quedara en ridículo porque formaron una pareja al vapor que funcionó de maravilla dejando boquiabiertos a los críticos.
El gran reto era ganar la presea dorada ante Mariana Duque y Camila Osorio y las mexicanas lo lograron y fue tal la emoción que el mismo capitán Agustín Moreno cantó el himno nacional con un sentimiento especial.
Por todo lo expuesto hacemos un reconocimiento especial a Moreno por su habilidad de encontrar a jugadoras dispuestas a representar a México tanto en Copa Federación y Juegos Centroamericanos.