Hemos detectado severas criticas al presidente de la FMT, Carlos González López de Lara, las cuales se nos hacen injustas al dar la impresión de que son de carácter personal.
Las riñas personales en términos coloquiales se arreglan en el ring, en los juzgados o en la cantina.
Hay que tener muy claro que la imagen presidencial de la FMT debe ser respetada y tanto los errores como los aciertos se deben canalizar al Consejo Directivo de la institución, ya que suponemos que a través de votaciones se llegan a los acuerdos que determinan el día a día del tenis mexicano.
He dicho en varias ocasiones que el tenis mexicano ha mejorado mucho en comparación de otras épocas, pues tan solo en las representaciones nacionales se elige a extenistas que han representado a México en justas del más alto nivel y de repente a entrenadores que están metidos produciendo los pocos jugadores con nivel que existen de origen mexicano.
Si un directivo acepta ser parte de un Consejo Directivo tiene el derecho de cuestionar las decisiones que surgen de la FMT si tiene bases sólidas, pero si no les dan seguimiento a las diferentes áreas que hay y solo se presentan para opinar sin hacer un trabajo de investigación bien fundamentado no hay una justificación para ejercer una crítica, pues es el trabajo lo que llega a hacer la diferencia.
Si hoy comparamos lo que sucede en el tenis y en el futbol tenemos muy claro que el Consejo Directivo de la FMT no anda tan mal, esto lo fundamentamos porque el tenis está al alcance de un sector de la sociedad que no necesariamente tiene el hambre que se requiere para alcanzar el éxito deportivo que se ve en el boxeo.
En contraste en el Fútbol hay millones que lo pueden practicar sin la necesidad de pertenecer a un club privado. Pero este deporte que si es del pueblo está en manos de directivos con intereses marcados que permite la inclusión de una lista exagerada de extranjeros por equipo, por eso el TRI hoy no cuenta con delanteros que hagan diferencia haciendo goles.
También si los miembros del Consejo Directivo no tienen la visión para comprender por qué no se dan los resultados desde 1992 en lo individual y 1995-1996 por equipos, salvo algunas excepciones que se han visto a través de Giuliana Olmos y otros combativos no se darán cuenta que el señalamiento se debe apuntar en la manera que se trabaja para la formación de jugadores a la espera que llegue un fuera de serie como lo fue Raúl Ramírez, quien por cierto fue parte del tenis estadounidense.
Esto lo decimos porque ahí se mueve en clubes, canchas particulares, canchas públicas, academias mucho dinero de igual forma que sucede con la recolección que se da con la organización de torneos.
Lo que si reprochamos al Consejo Directivo es la falta de capacidad que se ha mostrado para evitar que se ponga en peligro un activo como en el de Cancún. Es cierto que se realizó una junta de consejo y que se llegó a un supuesto arreglo, pero si el ceo de Cancún firma sin comprender el fondo de un convenio también tiene responsabilidad.
En fin… nosotros ya no pondríamos de héroe o villano al presidente de la FMT, porque es el que nos representa. Es el Consejo Directivo al que hay que cuestionar para que aquellos que se quejan que están ciegos y ajenos a las decisiones se pongan a trabajar.
De tal forma si bajo este contexto hay un directivo que por no hacer su chamba esta inconforme no comprendemos el por qué no renuncia, porque las acusaciones al aire y las inconformidades sin un sustento bien fundamentado solo tienen como alternativa la grilla y eso no sirve de nada porque sólo genera desunión.
