La segunda división del tenis profesional no se trata de talento y ni tampoco de la motivación del jugador, por ya se tienen. Se trata de llevar un mapa bien trazado hacia la meta donde un factor principal es la parte financiera para lograr los objetivos. De lo contrario el proyecto puede quedarse estancado. Una vez que se logran acumular suficientes puntos para escalar el ranking mundial cerca de los 300 ATP, se simplifica un poco el modo de vida en los challengers; ya que estos circuitos ofrecen hospedaje a los jugadores. Las ganancias incrementan bastante y cabe señalar que el nivel de juego también aumenta drásticamente y se necesita alguien que sirva de guía en la ruta hacia el glamour de los top 100 jugadores ATP.

El jugador no se limita a competir en los circuitos fuertes o bajos de nivel. En otras palabras, es esencial la parte económica para no cambiar la logística de los entrenamientos, las giras de competencia, y el bienestar del jugador. Al contrario, se inscribe en los torneos que le brindan la oportunidad de obtener el matchplay y la confianza deseada sin tanto desgate físico.

Viajar solo es algo muy difícil y un factor que distrae no permitiendo al jugador rendir el 100%. Es imperativo viajar con un entrenador, si se quiere escalar lugares en el ranking ya que este no solo ayuda en la cuestión táctica-estratégica, más bien sirve de apoyo emocional, y disminuye el stress. No importa cuánto talento se tenga es de vital importancia agregar el consejo de un preparador físico, un psicólogo deportivo o nutriólogo para ser competitivos y estos servicios causan honorarios.

El recortar gastos no ayuda en el alto rendimiento y en la segunda división no se puede dar el lujo de hacerlo. Es indispensable contar con un equipo de trabajo que entienda los“menesteres” del circuito y ayude a escudriñar a los oponentes ya que cuatro ojos son mejor que dos y desde afuera de la cancha se ven otros ángulos, detalles, y perspectivas que marcan la diferencia entre ganar o perder. Los Jugadores que viajan solos son regularmente los veteranos que ya vienen de regreso y saben lo que hacen.

Es también inevitable recalcar claramente que los Wild Cards permiten a los jugadores administrase económica y físicamente para mantenerse dentro de la elite mundial y rendir en óptimas condiciones una vez que se llegó al casillero 200 de la ATP. No es lo mismo venir de la fase de calificación después de haber jugado 9 sets reñidos y enfrentar a un sembrado en la primera ronda, que ir por otra parte del cuadro, donde de una forma u otra permite avanzar un par de rondas. Son contados o pocos los jugadores que logran llegar al elite mundial sin el apoyo de un wild card simplemente porque el desgaste físico y mental es inminente. Se sabe de antemano que este es uno de los puntos claves para el desarrollo de estrellas reconocidas del tenis mundial.

El buscar vuelos baratos y horarios que no permiten descansar únicamente alteran el ritmo circadiano repercutiendo en el rendimiento y el metabolismo del atleta. Tampoco ayuda el subestimar en cuerdas y jugar con “alambre recocido” o “mecates” de baja calidad que no aguantan un set. Es ineludible cambiar las cuerdas y poner la tensión adecuada de acuerdo a la superficie de la cancha y la altura donde se lleva el evento. Debe tener cuidado en detalles como estos ya que sale más cara la terapia del brazo que un rollo de cuerda de buena calidad. Lo mismo pasa con el calzado, si no tiene patrocinador hay que comprar tenis cuando menos cada mes, de lo contrario se expone a una lesión. De nuevo, sale más caro un par de ampollas que no permiten moverse en la cancha libremente y perder por un factor tan esencial. Cuando no se encuentra en torneo, de una forma u otra, incurren gastos imprevistos como el entrenamiento, la recuperación, el cambio de vuelos, etc. y las semanas que no se compite son igual de importantes para el ascenso o mantenimiento en el ranking mundial.

El entrenar sin supervisión no sirve de mucho. La única opción es invertir y dar apoyo moral y económico al jugador para que avance. Se hace un llamado a todas las corporaciones nacionales o extranjeras y a los responsables del deporte nacional a GASTAR algún “SUELTO” que les sobre en el tenis mexicano e INVERTIR en un verdadero proyecto privado o comunitario que llene estadios y compita en la elite del grupo mundial. Busquen un reducido equipo de Jugadores que quieran SER PROFESIONALES y repleten las mangas con publicidad para que luzcan igual que las playeras de futbol.

Ya sabemos, así es la segunda división o nivel challenger del tenis Profesional: está cerca de todo y lejos de nada.