Por Alejandro Álvarez Zenith
El campeón juvenil mexicano Rodrigo Pacheco Méndez (20 años) comenzó con determinación su camino en el Challenger alemán Neckarcup 2.0, y lo hizo rompiendo pronósticos: se impuso al español Pol Martín Tiffon (ATP 205) con parciales de 3-6, 6-3 y 6-1, en una muestra de carácter, lectura de partido y hambre de trascender.
El inicio fue complicado. El español, finalista en el Challenger de Menorca, se adueñó del primer set con solvencia, imponiendo ritmo y presión desde el fondo. Pero la historia cambió a partir del segundo parcial: el abuso de la dejada se volvió un arma de doble filo para Martín Tiffon, quien poco a poco vio cómo Pacheco crecía, se afirmaba en sus golpes y comenzaba a mandar con potencia y precisión desde el servicio.
Rodrigo igualó el marcador sosteniendo con autoridad su saque, y ya en el tercer set mostró su mejor versión: rápido de piernas, sólido mentalmente, y con un tenis que desbordó por completo a un rival de mayor ranking y reciente rodaje competitivo. El mexicano cerró con categoría, dejando claro que no vino a participar, sino a competir.
Este triunfo va más allá de una victoria en primera ronda. En el contexto del tenis mexicano, donde entre 2008 y 2023 no surgió un juvenil en la rama varonil con el potencial real de meterse al circuito grande, la irrupción de Pacheco es una bocanada de esperanza. Basta recordar que ningún tenista nacional ha llegado a cuartos de final en el Abierto Mexicano de Tenis a nivel del mar en Acapulco: una barrera simbólica que Rodrigo ya apunta a romper.
Hoy, en Heilbronn, Alemania, no sólo ganó un partido. Se ganó algo más importante: el respeto del circuito y la renovada atención de quienes aún creen en el talento nacido en Yucatan.