Del año 2000 al 2023 sólo han habido tres jugadores que lograron terminar la temporada dentro de los top 10 del ranking mundial que avala la ITF para menores de 18 años, nos referimos a Bruno Echagaray (2001), César Ramírez (2007 y 2008) y Rodrigo Pacheco (2022 y 2023).
Esto nos indica que a lo largo de 24 temporadas solo se metieron a la elite del tenis juvenil tres jugadores, en consecuencia, esa es la razón por la cual hubo quien hizo comentarios negativos por haberse ofrecido un millón de pesos al entrenador que logre meter un top 5 en la temporada 2024.
Los señalamientos descalifican en automático a los tenistas mexicanos nacidos en el 2006, 2007 y 2008, porque se argumentó que para formar un top 5 es necesario hacer un trabajo de varios años.
Y es entonces cuando nos preguntamos qué es lo que se ha venido haciendo con los tenistas que comenzaron a competir en 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021, 2022, 2023 y lo harán en 2024 buscando la gloria deportiva en una época de muchos torneos. ¿Todos ellos en nueve años no llevaron un proceso?
Bajo esa óptica estamos aterrados porque da la impresión que se les considera por aquellos que descalifican relleno de sistema, pues ninguno ha seguido un proceso que les permita tener aspiraciones trascendentes. Y los tenistas Echagaray, Ramírez y Pacheco en este orden quedan como Garbanzos de a Libra.