El capitalino Raúl Zurutuza fue un jugador que daba guerra a nivel infantil y juvenil en la era de Jorge Lozano y otros. Se le veía metido en la series de Copa Davis y cuando comenzó a orquestarse el nacimiento del Abierto Mexicano de tenis en la FMT ya estaba en los pensamientos de Jesús Topete, quien al ser el primer director le abrió la puerta.
Al ser Banco Mexicano el mayor inversionista apareció Lisette Trepaud como directora y Zurutuza fue su hombre de confianza. Lisette lo tuvo en una alta estima en la mayor parte de su gestión. Ya en Acapulco el torneo Raúl fue nombrado director y estuvo muy cerca de Alejandro Burillo.
Cerca de la realización del XXX versión del Abierto Mexicano surge en automático el nombre de Zurutuza.