En la década de los años cuarenta, Ramón Palafox Gómez, se desempeño como administrador del Club Atlas Paradero y como prestación tuvo la suerte de vivir en una casa dentro de las instalaciones, lo cual daría origen a una de las historias de mayor éxito del deporte mexicano.
Ramón y su esposa Sara Rivera, oriunda del pueblo de Atoyac, Jalisco y sobreviviente a la revolución, procrearon a siete hijos de los cuales dos nacieron dentro del Club Atlas Paradero, se trata de Rosa, y Antonio Palafox Rivera.
Don Ramón fue un deportista natural que sobresalió en el futbol, waterpolo, clavados, beisbol y tenis. Aprovechando las instalaciones, Ramón direcciono a sus hijos al deporte y logró adaptar al tenis sus habilidades beisboleras y tenísticas lanzando pelotas.
De tal forma que logró que Rosa, Gabino, Chitro, Juan José y Toño destacaran en el estado de Jalisco al más alto nivel. Al grado de que al paso del tiempo Rosa, Toño y Gabino conquistaron campeonatos nacionales.
Rosa recuerda que a Gabino le fascinaba el tenis y cuando entre ellos peloteaban tiene muy presente que a Toño le llamaba mucho jugar canicas con los recogebolas y cuando se acaloraba le encantaba echarse clavados, pues su hermano Chitro era muy bueno en esa disciplina.
Gabino y Toño llegaban a la casa de su primo hermano Gustavo Palafox, quien contrajo nupcias con la campeona cubana Olga Ramírez. En esos tiempos los Palafox jugaban en el Centro Deportivo Chapultepec y Junior Club.
Antonio comenzó a destacar en canchas capitalinas, siendo su mentor Gustavo, quien en ese entonces ya era famoso por haber vencido a Vic Seixas en punto oficial de Copa Davis contra Estados Unidos, además de haberse coronado campeón nacional de primera fuerza.
Para llegar a la Copa Davis, Toño, dejó el futbol y la natación. Fue campeón de Jalisco, luego campeón nacional y más adelante ganó torneos internacionales.
Don Ramón sentía en el alma las emociones surgidas de las batallas de Toño y se dice que comenzó a padecer del corazón, luego de la derrota de México ante Australia en la final de la Copa Davis.
Toño y los hermanos, a sabiendas de que don Ramón hizo grandes esfuerzos para proyectarlos, teniendo claro que fue un gran padre, estuvieron con él en los momentos finales. Incluso existe una foto de Don Ramón, esposa e hijos en su habitación.
Hoy en día Toño superó una operación de corazón y tiene clara la influencia de su padre en su fascinante carrera.
Todos los sábados hace contacto con su hermana Rosa, quien lo enseño a cocinar, mientras que los domingos antes de las ocho de la noche se pone al día de lo que pasa en México con Luis, quien se ha dado a la tarea de preservar su recuerdo en el ámbito tenístico nacional.
