Campeona del primer infantil del Abierto de Acapulco en 2007, trimedallista de oro olímpico nacional en 2008, número uno de su categoría durante seis años y representante del tenis juvenil de México en Europa y toda América, la potosina Miranda Rodríguez Díaz De León se ha alejado del declive que de nuevo manifiesta el tenis nacional y festejó su cumpleaños con su padre y casi un centenar de amigos por partida triple.
La flamante ciudadanía que le dan sus 18 años, la beca al 100 % para estudiar Negocios Internacionales en la Universidad de Akron, en Ohio e ingreso a la NCAA (Nacional College American Asociation), todo gracias a su tenis, fueron motivos suficientes para que Miranda se divirtiera como su juventud le exige y olvidase los desasosiegos de los últimos dos años que por poco la destruyen deportivamente.
Con la amistad y recomendación de su padre hacia Armando Zacarías Gutiérrez, a quien promovió para dirigir el Instituto Potosino del Deporte, la carrera tenística profesional de Miranda prometía, pero los intereses creados ante los cuales Zacarías fue incapaz de enfrentarse, mantuvieron al tenis tunero, y en especial a Miranda, virtualmente en la indigencia. Poco sirvió el generoso esfuerzo de Carlos López Medina al traer tres mundiales juveniles a San Luis, en ninguno de los cuales tuvo Miranda participación, ni tampoco el amistoso apoyo del controvertido Fernando Segal, director del PNT. Todo el apoyo federativo se diluyó en apoyar muchas pequeñas y a la gran Marcela Zacarías, potosina nivel Grand Slam que el martes cayó en primera ronda en el Abierto de Acapulco 2014.
El caso es que en febrero de 2012, encontrándose de gira en Centroamérica, Miranda enfermó gravemente a consecuencia de siete años ininterrumpidos de entrenamiento y torneos. Ocho meses después, ya repuesta, solicitó sendos Wild Cards para el CAMMEX y la Copa ITF Yucatán, mismos que le fueron concedidos. Sin embargo, la víspera del primer torneo, un señor Zárate de la FMT le retiró la invitación arguyendo el “no haberla visto jugar mucho tiempo”. Y la sacó del ranking nacional.
Sola, con la ayuda intermitente de todos los clubs de la ciudad y la guía del también generoso maestro Guillermo Stevens, Miranda aplicó para beca deportiva en todo E.U. Recibió 24 invitaciones, entre ellas las universidades de Princeton y Ole Miss, decidiéndose por la de Ohio en Akron, justo al centro del triángulo formado por New York, Chicago y el lago Eire, frontera con Canadá.
Competitiva por naturaleza, ahora Miranda va por la gloria en tres frentes: la vida académica, el tenis intercolegial americano y el internacional en que la coloque un ranking ajeno a la mezquindad federativa y estatal de su país..
