La exposición de hoy parece un episodio de una novela, pero se puede decir que es un caso de la vida real derivado del amor que se dio entre un deportista y el tenis.
Durante la Copa Héctor Ortiz que se llevó a cabo en el Club Santa Anita me di cuenta de que un jugador gozaba del apoyo tenístico de Javier Ordaz y por lo que representa el gato en el medio me causo curiosidad.
Al revisar material fotográfico constatamos que logró transformar su cuerpo, pues lucia muy robusto y ahora se ve atlético, esto indica que tiene fuerza de voluntad para encarar retos de todo tipo.
Más adelante circulo en el medio de que no solamente nuestro amigo Gato estaba en el plantel de este jugador, ya que también se le vio cerca de otro campeón, nos referimos a Chava García.
Y cuando finalmente salió de nuestra mente, supimos que a través de su equipo tenístico le daba vida a torneos y que se daba el lujo de darle crear un concepto de superación personal que se maneja como: apoyo y ayuda en común.
Lo contrastante es que no le gusta llamar la atención, pero le encanta protagonizar batallas en canchas principales, sobre todo si cuentan con gradas de Copa Davis.
Los beneficios que genera a través de su tenis provoca una derrama económica, mejora en la calidad de vida de sus tenistas favoritos y por más que quiera estar fuera del bufet le pone sabor al caldo.
En lo estrictamente tenístico iniciamos esta serie que damos a conocer como MERITO DEPORTIVO 2022 dejando claro que a pesar de la excentricidad que maneja en su circulo cerrado por muchos es AMADO, lo demás sale de nuestro universo informativo.