Golpe de Revés Alejandro Álvarez Zenith
El XV aniversario del Guanajuato Open generó el mayor sentimiento de impotencia que se ha registrado en México, porque más allá de haberse organizado un torneo de clase mundial en el género de 25 mil dólares, antes de su celebración se registraron una serie de situaciones que se deben tomar en cuenta.
El primer paso fue el haber convencido a la comunidad internacional que Irapuato era una ciudad segura para jugadoras y se tuvo éxito porque acudieron al llamado grandes raquetistas de más de una decena de países.
Y con hechos se ratificó esa confianza con un saldo blanco en cuanto a la seguridad de las jugadoras en una época en la que notas amarillistas tienen a Guanajuato como una entidad insegura.
Por la credibilidad de Gilberto Magaña ante la iniciativa privada y municipio se logró reunir los recursos para la celebración de un torneo de gran nivel, pues se montó un estadio espectacular y se le dio mantenimiento a las áreas clave del Club Santa Margarita para cumplir con los estándares de calidad que demanda FMT e ITF.
Bajo un esquema ordenado e inteligente se le dio marcha al certamen con excelente partidos que iban acumulando historia en un evento que en 15 años ha reunido a grandes competidoras que han llegado a figurar en la elite del tenis mundial, una de ellas Kiki Bertens, actual siete del mundo que llego a ser monarca en 2012.
Antes del arranque de los cuartos de final y con las jugadoras más que puestas para buscar el cetro y sin ningún motivo de alarma relacionado al Coronavirus la ITF emite un comunicado y el director impotente para seguir la fiesta no tiene otro remedio que suspender el torneo. Un brote de frustración dolorosa.
Ahora Irapuato suma una página triste a su glorioso historial, en la que, la moraleja es la siguiente: nadie pudo evitarlo.
