La primaria tenística se cursa en los torneos estatales, seccionales y nacionales que son fundamentales para la detección de los talentos, sobre todo en las divisiones de 10, 12 y 14 años.
A la fecha los estados que congregan a más jugadores en este tipo de justas se encuentran en ciudades altas donde para muchos jugadores resulta más complejo controlar los golpes, desarrollar potencia y consistencia.
Tenistas importantes dentro de la historia del tenis capitalino aseguran que el tenista de altura debe saber resolver los puntos rápido y para ello se desarrolla el tenis agresivo.
Lo que ha venido sucediendo en ciudades altas se fundamenta en que los tenistas de competencia buscan el juego consistente y se ha perdido el manejo del juego agresivo salvo honrosas excepciones (servicio potente, ataque de red y ser ofensivos durante toda la batalla).
Como consecuencia de un sistema de baja productividad en el kínder tenístico no aporta lo que debiera a la primera tenística, pues no se nota un incremento de jugadores, de repente se ven cifras importantes en los torneos, pero tal parece que unos se van y otros ocupan su lugar y al no incrementarse el volumen siguen siendo las mismas posibilidades de que surjan más talentos con potencial y en cada draws se detectan entre cuatro y ocho jugadores con posibilidades de competir en 14 años con éxito en justas internacionales.
De tal forma que resumiendo en 10 años se siguen detectando a los padres violentos. En 12 años compiten los mejores del país en la mayoría de los torneos VIP. Y los cazadores de talentos están al acecho en muchos casos vendiendo fantasías apoyados en un talento natural. Esto se sigue en el resto de las categorías.
Y en 14 años los jugadores se van haciendo un tanto más selectivos porque ya pueden jugar justas con puntuación ITF y ATP-WTA. Tan es así que Lya Fernández ya ganó una justa de 15 mil dólares con 14 años.
Una falla que notamos mucho es la falta de conocimiento de los padres para darle seguimiento con bases a la carrera de sus hijos y para ello por lo menos tienen que conocer el planteamiento básico que se da en una cancha y tener claros los errores técnicos que se dan sosteniendo una relación muy cercana, pero respetuosa con el entrenador que elijan.
Esto lo digo porque si cambian de entrenador se puede perder un trazo que pudo ser bueno.
En fin, hay que trabajar en los puntos finos de un sistema que tiene todo para potenciarse, pero lamentablemente esta enviciado por falta de lo que se puede interpretar como educación tenística.