Si hacemos un análisis del tenis mexicano para la detección de talentos en los cuadros de campeonatos nacionales de 10, 12 y 14 se detectan entre 4 y 10 prospectos por rama.
De tal forma que manejando números positivos se puede contar con una base de 60 jugadores para encaminarlos a las grandes competencias, es decir, justas ITF, ITF profesional, Challengers y grados altos del ATP y WTA.
Hoy en día en México, más allá de aquellos que se la pasan descalificando hay todo para sacar tenistas de elite porque con los puntos que hay en juego en México se pueden colocar top 100 tanto en juveniles como en profesionales.
¿Pero dónde está la falla?
En los jugadores que están en la lucha y en los entrenadores. Esto lo decimos porque no encontramos causas.
Cuando se forman equipos integrados por entrenadores y jugadores las decisiones salvo honrosas excepciones se toman en corto.
Pero cuando no se dan los resultados se buscan culpables.
El tenista mexicano es complicado porque en muchos casos pone condiciones de trabajo en los entrenamientos con el poder que le da su poder económico y el entrenador no tiene de otra más que apechugar porque el que paga manda.
El entrenador mexicano tiene claro que es complejo hacer un trabajo a largo plazo porque nuevamente el poder económico del jugador le abre un bufet de alternativas de entrenamiento, es decir, está consciente de que lo pueden cambiar en cualquier momento.
Bajo este entorno entrenadores que tienen la capacidad de cubrir los gastos del jugador pueden firmar un contrato que evite una ruptura caprichosa. A sabiendas de que los padres entrarán en una zona de confort.
Por otro lado, los tenistas que sobreviven gracias a su talento y que no son de familias adineradas salvo honrosas excepciones tampoco son leales en la mayoria de los casos, y cuando son influenciables suelen lastimar a aquellos que les brindaron ayuda.
Giuliana Olmos, quien es la máxima exponente del tenis mexicano al ser siete del mundo en dobles supo manejar su carrera, dejando en claro que se formó en Estados Unidos donde no fue presa del estrellato mental y ahora que es figura maneja un perfil inteligente.
En este universo complejo y traicionero surgen comentarios:
1.- ¡Cómo es posible que en un país de 100 millones no salga un tenista!
La respuesta es que son muy pocos los que apuestan al estrellato en un deporte que solo obtienen ganancias honrosas los primeros 80 del mundo en el ATP yla WTA.