Los entrenadores de tenis han sido severamente castigados por la pandemia, situación económica, falta de respaldo de los clubes porque se han dado despidos importantes que han agudizado su situación.
Los entrenadores movidos se las han ingeniado para conseguir canchas particulares y publicas para ejercer su noble profesión. Algunos se han visto en la necesidad de ajustar tarifas porque rentan canchas, lo cual hace más cara una clase.
Los que no encontraron alternativas se suman al trabajo de sus familias en el caso de que manejen negocios, pero los que no tienen esa posibilidad se ven obligados a cambiar de oficio.
Para colmo algunos vivos se infiltran a los clubes y para ganar más ellos y se atreven a cobrar renta cancha a los entrenadores, lo cual es abominable, porque antes de arrancar estas medidas los nobles profesores tenía un ingreso y seguridad social.
Al respecto el profesional Jorge Tovar, quien ha logrado graduarse en las licenciaturas de Pedagogía y sicología aplicó: “el entrenador sacrifica en el caso del tenis competitivo sus sueños por los de los jugadores. Ayuda a que los jóvenes se desarrollan integralmente y promueve un deporte super sano. En la parte social esta presente en el día a día con los que practican el deporte blanco”.