El primer sembrado en la historia del Abierto Mexicano de Tenis fue el español Carlos Costa, quien andaba por el casillero 12 o 13 del mundo. Costa no ganó, pues el campeón Thomas Muster lo venció en la final.
Castillo anda emocionado con Nadal y su sequito, incluso ya tiene un arreglo con el grupo español para la organización de un circuito.
Castillo debe de entender que Nadal es un simple mortal que sólo sabe jugar al tenis. Y que no se da el lujo de mirar a los reporteros que le preguntan en las conferencias de prensa.