México, D. F., a 9 de septiembre de 2015
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA
Discurso de Alfredo Castillo Cervantes, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, en la recepción a las delegaciones nacionales que participaron en los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Toronto 2015 en la Residencia Oficial de Los Pinos.
Muy buenas tardes.
Señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto; distinguida señora Angélica Rivera de Peña, Primera Dama de nuestro país.
Atletas de alto rendimiento que nos acompañan en el presídium; a los miembros de los Comités: Carlos Padilla, del Comité Olímpico Mexicano; Comité Paralímpico; nuestros medallistas que se encuentran aquí; a todos los miembros de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, de la CONADE; los Institutos del deporte, Federaciones; atletas; medios de comunicación.
Señoras y señores:
Ser deportista, ser atleta, es pasión.
Hacer deporte, o el deporte, representa los más altos valores a los que puede aspirar el ser humano. Es llevar al límite de tus capacidades mentales y físicas, a tu organismo, para lograr un objetivo, una marca, un resultado.
No me extenderé aquí, porque tenemos a grandes atletas y dos oradores, como es el caso de Nely, que ganó seis medallas en estos Juegos Parapanamericanos; y Juan Luis Barrios, que podrán exponer lo que es ser atleta de alto rendimiento.
Pero también, y como responsable del deporte nacional, por instrucciones del señor Presidente, podemos decir que el deporte es recuperación de espacios públicos. El deporte es integración social. El deporte es cohesión. El deporte es integración familiar. El deporte es desarrollo económico. El deporte es proyección internacional.
El deporte son menos adicciones. El deporte es combatir la obesidad; el sedentarismo y muchos otros problemas que aquejan a nuestra sociedad.
De esta forma, podemos decir que el deporte tiene esa dicotomía; el atleta, por sí mismo, el atleta de alto rendimiento, que es el que nos tiene aquí, presentes, y también el deporte como política pública de un Estado.
Hoy, al ver a cada uno de ustedes, nuestros representantes en Toronto, puedo recordar las historias de éxito que vivimos hace apenas algunas semanas en Canadá.
Puedo recordar las tres medallas de Paola Longoria, aquí, presente; las seis medallas de Nelly, que está aquí; el cierre espectacular de Juan Luis Barrios, y así, muchas otras historias que pudimos vivir.
Nado sincronizado, clavados, pentatlón. Fueron 11 disciplinas que nos dieron el orgullo de poder ver a nuestra Bandera Nacional ser ondeada en un estadio o en un escenario.
Si queremos la transformación del país a través del deporte, México necesita héroes, y los héroes son ustedes.
Ustedes, los que están aquí, representan a este 0.1 por ciento, y posiblemente me estoy excediendo, de los millones y millones de niñas y niños que en algún momento de su vida quisieron ser atletas, y pocos pueden alcanzar este anhelo.
Ustedes, representan a millones de niños y jóvenes que quieren ser como ustedes, que quieren un día portar el uniforme nacional e ir a una competencia y que se ondeé la Bandera de nuestro país en lo más alto.
Para poder lograrlo, ustedes tienen una ventaja sobre los demás; desde muy pequeños sabían qué querían, y persiguieron este sueño.
Para ello, el Estado Mexicano que conduce el licenciado Enrique Peña Nieto, Presidente de la República, cuenta con una institución que tiene que dotarlos a todos ustedes de las mejores herramientas metodológicas, psicológicas, nutricionales, de preparación física y sistemáticas, para que ustedes puedan estar en las mejores condiciones. Pero a la par, ustedes están comprometidos en entrenar y en esforzarse esas seis u ocho horas diarias.
El deporte de alto rendimiento es diferente, y tenemos que distinguirlo del deporte de alta competencia o del deporte aficionado.
Ustedes, todos los días, se concentran y se preparan para competir a veces en pruebas que duran menos de 15 o 20 segundos.
Ustedes, se desgastan, y han tenido el apoyo de sus familias por muchos años para dar el mejor resultado cada cuatro años, ya sea en una Olimpiada, en unos Panamericanos o en unos Centroamericanos.
Hoy, tenemos un gran baluarte. Dos, diría yo.
Tenemos un Presidente de la República que hace deporte, y un Secretario de Educación Pública que también hace deporte; hombres comprometidos con el deporte y hombres comprometidos en mejorar el deporte de alto rendimiento en nuestro país.
Como responsable, señor Presidente, del deporte nacional, le puedo decir que estas mujeres y hombres que hoy nos acompañan, pusieron muy en alto nuestra Bandera Nacional.
Que estas mujeres y hombres compitieron con lo mejor de América. Que estas mujeres y hombres, nuestros atletas del deporte convencional y adaptado nos hicieron sentir, por dos semanas, que México estaba en lo más alto a nivel deportivo en toda América.
Hoy, tenemos un equipo de basquetbol que nos está representando a todos, y que está buscando por primera vez, desde hace 40 años, asistir a una Olimpiada.
Y estoy seguro, porque he estado con ellos, que su fuente de inspiración son muchos medallistas como ustedes, como Gustavo, como Paola; la atleta que más medallas ha ganado en la historia de los Panamericanos; o como alguien, como Fernando Platas, que también ganó medallas en el 95, en Mar del Plata, y muchos otros ejemplos de gente que está muy comprometida con el deporte.
A final de cuentas, lo que podría decir: es que todos, absolutamente todos, tienen derecho a cansarse, pero los que tienen derecho a cansarse, no tienen derecho a la gloria.
Y en este caso, el Presidente de las reformas, el señor Presidente de los cambios, nos ha enseñado que es un hombre incansable y que no tiene parteaguas para seguir impulsando los cambios que México requiere a futuro.
Y en esa misma perspectiva, les pido a todos ustedes, que así como tenemos un Presidente de alturas, que ve más allá del 2018, ustedes, también, tienen que ver más allá, para el 2019, para el 2020, y las siguientes generaciones, porque ustedes son ejemplo de lo que requiere este país.
Y este país requiere líderes como usted, señor Presidente, y como todos ustedes que, hoy por hoy, son nuestros héroes.