La polaca Iga Swiatek a su llegada al aeropuerto internacional de Cancún hizo sonar los mariachis, quienes le dieron una probadita de lo que será la fiesta en las finales de la WTA.
Gustavo Santoscoy, un tanto demacrado por el hecho de haberse comprometido a construir un estadio para este evento sacó fuerzas para levantarse temprano y estar en la jugada y suspendió su caminata diaria por las playas de Cancun.