Por Alejandro Álvarez Zenith
Dentro del mundo del poder existen deportes que incluyen a grandes empresarios en todo el mundo, incluso presidentes de países como los fallecidos George Bush, Carlos Menem, José López Portillo y otros lo practicaban.
El anunció de Steve Simón, Ceo de la WTA, anunciando a Guadalajara como sede del torneo de Maestras tuvo una repercusión mundial y se comenzó a hablar de Jalisco y México en los diarios más influyentes con notas positivas de un evento que congrega a lo mejor de lo mejor.
Bajo este contexto, el nombre del mexicano Gustavo Santoscoy agarró un peso por demás inesperado porque su paso por la WTA ha tenido un impacto mundial por la sensibilidad que se dio en un 125 que de inmediato fue comparado y calificado por las jugadoras como un 250.
El haber construido un esquema de protección en pro de las jugadoras hizo posible que en la segunda versión de grado 250 fuese un ejemplo mundial al no darse casos de Covid tanto en el comité organizador como en las jugadoras, mismas que elogiaron el trato que recibieron.
Para que tengan una idea de lo que sucederá a partir del ocho de noviembre solo hay que dimensionar que Jalisco está supliendo este año a una de las tres potencias del momento que es China. Que la pandemia fue un factor eso no se puede negar, pero para beneplácito de un amante del tenis que gusta este tipo de evento solo tiene que comprar un boleto para ver a lo mejor en el Complejo Panamericano.
En el 2022 si quiere repetir una experiencia de este tipo tendrá que comprar un ticket de avión con destino a China y una serie de gastos que solo lo podrán absorber una elite económica.
Por lo aquí expuesto Gustavo Santoscoy se lleva las palmas porque lo que se vivirá en el 2021 no se repetirá.