Con los dos sendos triunfos de nuestros compatriotas Nadia Podoroska y Diego Schwartzman en Roland Carros, quedó demostrado que nada es imposible.
Con un cuerpo que no tiene la altura promedio de los mejores, el » Peque » logró neutralizar a muchos jugadores. Queda demostrado que la inteligencia, la tenacidad y las ganas de triunfar pueden superar todos los obstáculos.
Nadia, comenzando en la clasificación, y nunca habiendo podido participar de un Grand Slam, logra el sueño de jugar en la cancha central de Roland Carros, y nada menos que vencer a la número 5 del mundo.
Sueños que se realizan aunque parezcan imposibles.