POR ALEJANDRO ÁLVAREZ ZENITH
Pasaron muchos años para qe un servidor viera en acción a Giuliana Olmos en una justa profesional, aunque hubo contacto en series de Copa Federación. En 2018 me tocó verla en el WTA de Monterrey y nunca se me olvidará que un responsable de prensa cuando solicite hablar con ella solo la llamó y la charla se iba a dar en una banqueta del Sonoma.
Me inconforme y la entrevista se hizo en la sala de prensa en un ambiente colorido. En el torneo de Acapulco también la programaban en las canchas con poca gradería. Lo cierto es que a final de cuentas tanto en Monterrey como en Acapulco la terminaron viendo en la cancha central.
El que tuvo el tino de programarla desde el inicio en la cancha central fue Gustavo Santoscoy y la vimos contra Marcela Zacarías y contra Nadia Pododoska, a quien le debió haber ganado. En Zapopan Giuliana fue tratada como esa estrella y la verdad es que dio buen espectáculo.
Iniciado el US OPEN, Giuliana debutó en la cancha 13, luego paso a la 12. En Cuartos de final y semifinal invadió el estadio Louis Armstrong con capacidad para 14 mil aficionados. Y ya en la semifinal jugará en el estadio Arthur Ashe con capacidad para 23 mil aficionados.
Pero antes de todo esto se tuvo que hacer una gestión ante Philippe Curuchet para que la firma Babolat le diera un patrocinio de raquetas, luego de haber terminado su ciclo en la Universidad del Sur de California.
Hoy en día por el poder que brinda la raqueta ya es buscada por los medios más importantes, ya es respetada porque no cualquiera llega a una semifinal de mixtos en Roland Garros y ser plantada por un compañero irresponsable. Y mucho menos repetir la proeza con una nueva pareja. Eso solo lo hizo Santiago González con Donald Young en el Roland Garros de 2017.
