La XVIII edición del Abierto Mexicano de Tenis, que se programó del 21 al 26 de febrero de 2011 sobre tierra requería de novedades para mantener el ánimo de la afición y se echó mano del suizo Stanislas Wawrinka, quien fue cuarto en la siembra y poseedor de un revés ejecutado a una mano muy efectivo.
Como todos los años se checo la clasificación vigente al cierre del torneo de los protagonistas para hacer la siembra y el número uno fue el español David Ferrer, quien ganó la pasada edición y su tenis ya imponía respeto en el circuito profesional.
El sorteo resultó muy bueno para los tenistas mexicanos porque en la primera ronda se enfrentaron el veracruzano Santiago González y el regio Daniel Garza, lo cual representaba un camino seguro para que un tenista mexicano avanzara por primera vez a octavos de final y así fue.
Adrian Ungur de Rumania fue el primer oponente de Ferrer y lo venció cediendo únicamente cuatro games. González por su parte venció a Garza por 6-2, 7-6 (5), ganándose el derecho de batirse con Ferrer, a quien en etapa de juniors derrotó.
El medio puso atención en el duelo de González y Ferrer, pero el español dominó con facilidad mostrando una mejor preparación e impuso un doble 6-2 que dejó amargo sabor de boca. Muchos conocedores cuestionaron el por qué un jugador con más condiciones como lo fue Santiago no dio es brinco en singles porque en dobles si lo hizo.
La tercera invitación para nacionales quedó en manos del morelense Mariano Sánchez, quien fue superado por el español Ivan Navarro al son de 6-1, 3-6, 6-1.
La gran sorpresa de primera ronda la dio el brasileño Thomas Bellucci eliminando al dos de la siembra Fernando Verdasco. Bellucci aprovechó ese triunfo para colarse a la semifinal donde fue literalmente frenado por el español Nicolás Almagro, quien buscaba una tercera corona.
Ferrer le puso corazón para dejar fuera al argentino Juan Mónaco y al ucraniano Alexandr Dolgopolov en duelos que se definieron a tres sets. Dolgopolov fue el que venció a Wawrinka y en dos sets.
De tal forma que se dio una final española entre Ferrer y Almagro en una justa atractiva que puso una bolsa de más de un millón de dólares.
Ferrer fue reconocido bicampeón del torneo más importante de América Latina patrocinado por Telcel.
