La celebración de los XV años del Abierto Mexicano aposto en el argentino David Nalbandian ya acreditaba siete títulos, dos de ellos los Masters 100 de Paris y Madrid y una final de Wimbledon.
El argentino gran aficionado a las carreras de autos no tuvo suerte en sus primeras dos apariciones en Acapulco porque en el 2002 perdió ante el galo Nicolás Coutelot y en el 2003 ante Mariano Zabaleta, desde entonces fue completo su trato, en otras palabras: seco.
Ese año los wild cards se les repartieron a los mexicanos: Cesar Ramírez, quien fue superado por Santiago Ventura. Bruno Echagaray no pudo con Agustín Calleri y Bruno Rodríguez fue presa de Marcel Granollers.
Dio la impresión de que Nalbandian venia de paseo porque sin ceder un set eliminó a: al croata Boris Pashanski, a Santiago Ventura, al italiano Potito Starace y al peruano Luis Horna.
Carlos Moya fue el dos de la siembra, pero en octavos lo dejó fuera el chileno Nicolás Massu, quien ya conocía las condiciones de juego, pero se le apareció un morenito español desconocido por la mayoría que fue ubicado como Nicolás Almagro.
Almagro acabó con José Acasuso uno de los 10 argentinos en la semifinal. Y no conforme le ganó en dos sets a Nalbandian por 6-1, 7-6(1).
Un dato que resulta interesante tiene que ver con el hecho de que, en el 2005, Rafael Nadal, conquistó primero el Abierto de Brasil y luego el mexicano. Tres años después lo hizo almagro siendo el 28 del mundo y sexto en la siembra.
Para Nalbandian la diferencia entre ganar y perder fue de 56 mil dólares, pues Almagro recibió 118 mil 750 verdes y él 62 mil 500.