Lamentablemente cada vez más se nota la llegada de grupos armados a poblaciones en varios estados del país que tuvieron una vida tranquila. Los reporteros que denuncian en localidades pequeñas son presa del crimen porque son fácil de ubicar, es simple conocer su vida privada y la justicia salvo honrosas excepciones no funciona o es parte de.
El reportero valiente que no entienda que tiene todo en contra para ejercer su profesión va formando parte de una estadística creciente ante la indiferencia de aquellos que gobiernan salvo honrosas excepciones.
México vive una época tan violenta que es equiparable a lo que están viviendo los ucranianos, pero en ese país no está en juego una plaza de venta que provoca disputa de pandillas, sino el territorio que pone frente a frente a una potencia contra un país que lucha por una palabra: soberanía.
Si se cuantificara lo que se gasta en México en armamento perderían el sueño aquellos que solo se informan a través de noticieros que solo consignan hechos consumados, pero que no se atreven a ejercer el periodismo de investigación que delate a los que generan terror. Solo lo hacen cuando la nota surge de un boletín.
Por lo aquí expuesto nuestro pésame para las compañeras: Yesenia Mollinedo Falconi, directora de la publicación El Veraz, y su camarógrafa, Sheila Johana García Olivera, caídas en el cumplimiento de su deber.
