GOLPE DE REVÉS
Por Alejandro Álvarez Zenith
El estadounidense de origen zacatecano de 20 años, Ernesto Escobedo, de momento no debe jugar por México, dado que lo importante en su carrera es madurar su tenis y en Estados Unidos ha encontrado el respaldo para lograr sus metas.
El problema de México tiene que ver con el hecho de que hay tiburones que se las ingenian para estar por arriba del jugador.
Para ser más claros aprovechan un ranking de un tenista para colarse al equipo Copa Davis, para promover una academia y para tener cancha política. Esos factores que no tienen que ver con lo tenístico del jugador son los que afectan y tienen sumido al tenis mexicano.
Lamentamos reconocer que el tenis mexicano es muy chiquito porque hay más intereses y política que tenis.
En este momento Escobedo está a la altura de Luis Herrera, Leo Lavalle, Pancho Maciel, Jorge Lozano, porque ganó un torneo equivalente al que ganaron los jugadores mencionados. Lavalle ganó el torneo de Tel Aviv en 1991 dotado con 125 mil dólares.
Si Escobedo tiene resultados regulares a buenos en challengers y gana rondas en justas ATP 250, seguramente se meterá dentro de los top 100 y romperá la mala racha que existe para un jugador de sangre mexicana, pues el último mejor ranking se dio en 1993 a través de Herrera antes de salir de ese grupo.
Jugando por México lo único que aportaría Escobedo es tener posibilidades de regresar al grupo I de la zona americana, lo cual para el futuro que se le ve no es gran cosa. Lo importante es que se mantenga alejando de las rémoras que han hecho tanto daño.
Si Ernesto fuese parte de la realidad mexicana estaría en manos de oportunistas que solo tuvieron la suerte de estar en el lugar correcto con las gestes correctas para tener acceso a la elite de nuestro deporte.
Nosotros queremos que un tenista de estas características juegue por México en el circuito ATP y seguramente Escobedo escogerá el mejor momento para hacerlo, pero en esta etapa de su carrera no lo debe de hacer.