Una de las perdidas más importantes del tenis mexicano fue la de Omero González, porque este regiomontan aportó al tenis de competencia a muchos tenistas, siendo los más destacados Alfonso «Chiquirringo » Goinzález, campeón de México en 1983 y Copa Davis.
Además hizo lo necesario para fundamentar a Eduardo Vélez para ser en su primer intento finalista del Orange Bowl en 12 y menores y campeón en 14 años venciendo a Andre Agassi.
Sus bases le dieron a Vélez la capacidad de ser en 1985 finalista del Wimbledon Junior y campeón en 1986 venciendo al español Javier Sánchez Vicario.