José Ayala fue un gran infantil y juvenil de clase mundial. Golpeaba con mucha facilidad a nivel del mar y al dedicarse al tenis encontró una mejor ruta de desarrollo en la unión americana donde radica por varios años.
José fue protagonista de justas nacionales e internacionales y llegó a ser 368 del mundo. El fallecimiento de su padre siendo muy pequeño le complicó el camino, pero la verdad es que siguió y si bien es cierto que no llegó a su máximo lo hizo bastante bien.