Alejandro Álvarez Zenith
Antes de que se mal interprete lo que relatare dejo claro que el poder que se da en el mundo del tenis cambia a aquellos que logran colocarse en el Consejo Directivo de la FMT o en asociaciones, salvo honrosas excepciones.
Pocos saben que el ex gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchea le donó a la FMT un terreno para la construcción de un Centro Nacional de Tenis. Ese centro se perdió porque miembros de tres consejos directivos no se dieron el tiempo de escriturarlo.
Me fue imposible contener el llanto cuando se notó la falta de actividad del circuito más importante en la historia del tenis mexicano para desarrollo que fue el de Cancun Tennis Complex. Ya se corre el rumor que desaparecerá ese concepto que desde el 2019 ponía a prueba la capacidad de respuesta de los tenistas nacionales porque se presentaba desde un campeón junior de Wimbledon hasta tenistas consagrados que por una razón u otra perdieron presencia en la elite del tenis mundial.
Lo increíble fue que este circuito fue el perfecto blanco de ataques de aquellos que no están en posibilidades de hacer algo de ese tamaño. Y de una dirigencia que no supo como aprovechar en tiempo y forma un proyecto tan grande, ya que lo que se repartió en el 2019 fue superior a la bolsa del ATP de Los Cabos. Y lo más sorprendente fue el hecho de que para un concepto de este tipo no hay patrocinios.
Se dice que Napoleón dijo que si contaba con gente de la capacidad de José María Morelos y Pavón dominaria el mundo. Si un servidor fuera presidente de la FMT se apoyaría de gente como Ortega para potenciar a México, sobre todo porque no es asalariado de la FMT, arriesga su capital y trabaja mucho para sortear las constantes complicaciones.
Aquellos críticos grillos que atacaron este proyecto ya pueden estar contentos, lo triste para ese tipo de gente es que tendrán que buscar otra cosa para sacar su malestar con la vida.