Por Alejandro Álvarez Zenith
En el Foro Itálico, donde los dioses del tenis escriben su historia sobre arcilla sagrada, el sábado dejó de ser una mera jornada de tránsito para transformarse en un grito generacional. Tomas Machac y Diana Shnaider no solo ganaron: irrumpieron. Y lo hicieron con una claridad que empieza a incomodar a los nombres establecidos.
Machac: precisión quirúrgica y nervio checo
El checo Tomas Machac monarca del Abierto Mexicano volvió a confirmar que no está en Roma de paseo. Su victoria sobre Learner Tien, por 6-4, 6-4, fue una obra de relojería con temperamento. Machac no ofrece fuegos artificiales ni raquetazos teatrales, pero hay una lógica en su juego que desarma al rival, un ajedrez de fondo de pista en el que siempre tiene la última palabra. Su tenis se siente hecho a medida para esta superficie, donde no hay margen para la improvisación.
Machac avanza sin levantar la voz, pero cada paso suyo retumba como advertencia. Si sigue con este temple, en Roma no será solo una revelación: será un problema.
Shnaider: la rusa que no pide permiso
En el cuadro femenino, Diana Shnaider se cargó con una solvencia aplastante a Jaqueline Cristian por 6-3, 6-3. Su tenis tiene algo elemental, como si el punto viniera con una sentencia implícita. La rusa juega con la decisión de quien ya se cansó de esperar su turno y se lo toma. Pegada recta, mirada firme, nulo respeto por el ranking del otro lado de la red. El circuito WTA empieza a entender que Shnaider no es promesa: es irrupción.
En días donde el foco estaba sobre Iga Świątek (derrotada con estrépito por Danielle Collins), fue Shnaider quien mantuvo el nivel de autoridad al que Roma está acostumbrada en campeonas.
Otros que dejaron huella
Marcos Giron protagonizó la sorpresa del día con una victoria milimétrica ante Taylor Fritz, 7-6 (4), 7-6 (3), en un duelo sin margen para la duda. Matteo Berrettini no decepcionó al público local al imponerse con solvencia al británico Fearnley. Tommy Paul y Sebastian Ofner también cumplieron sus deberes en el cuadro masculino.
En la rama femenina, la victoria agónica de Peyton Stearns ante Madison Keys puso a vibrar el Foro con aroma a recambio. La jornada no dio tregua ni a las favoritas ni a los distraídos.
Roma se sacude. Roma no espera.
Con cada punto, cada grito y cada cruce de miradas, el Abierto de Italia nos recuerda que los nombres nuevos ya no son parte del futuro. Son, con justicia y carácter, parte del presente.