La matanza en México esta a la orden del día. No tiene que ver con un estrato social. Hay muchos muertos y Ciro Gómez Leyva salvo el pellejo porque tuvo el dinero para blindar su camioneta.
El resto de los reporteros muertos cuando les llegó la hora estaban indefensos y fueron fácil presa del crimen organizado.
Cuando un servidor fue victima de un ataque afortunadamente fue una golpiza y vivo para contarlo. Ahora una paliza se traduce a un balazo y las motos son los vehículos adecuados para que el trabajo sea más fácil.