La baja producción de jugadores es el problema real del tenis mexicano y para corregir la deficiencia se debieran organizar foros para encontrar soluciones en un medio lleno de conformistas, pues el dinero fácil se obtiene en las clases privadas con tenistas sociales.
Muchos extranjeros que llegaron al país para trabajar el alto rendimiento ya se adaptaron a lo que se conoce como tenis social salvo honrosas excepciones.
Queda claro que aquellos que cobran por un servicio son los que tienen que dar el resultado en una época en la que hay torneos de sobra para colocar mexicanos en lugares horrorosos del ranking mundial.
En cambio las intrigas con descalificaciones no probadas son el pan de cada día y esto se debe a que las verdades se manejan a conveniencia.
Hay directivos que son tachados con o sin razón de ratas. El redes sociales se corre la voz y de boca en boca se promueve el desprestigio.
Aclaramos que nosotros no somos policías. Tenemos conocimiento de que no se han hecho pagos de referees y de muchas anomalías, pero los supuestos afectados corren la voz, pero a la hora de la verdad cierran la boca.
Si nosotros hacemos un señalamiento no fundado en un país donde prevalece el derecho podríamos meternos en problemas.