Con una vida de más de 40 años en el tenis, me hago esta pregunta y no doy con la respuesta. Tengo mi opinión al respecto.
He visto muchísimos casos y quizás tengamos que llamar a un psicólogo que nos explique acerca de los egos del tenista y por qué siguen pasando casos similares.
El tenista es su esencia tiene que ser muy seguro de sí mismo y tener la confianza suficiente para poder pararse en la cancha y demostrar ante mucha gente que es capaz de ganar su partido.
El tenis ha sido siempre un deporte muy mental en donde se ha demostrado que solo se juega el 25% del tiempo que pasamos en la cancha. El otro 75% nos la pasamos cambiando de lado para recibir o servir, recogiendo pelotas o cambiando de lado de la cancha.
Nos vamos acostumbrando a pensar mucho, a analizar la situación del partido (muchas veces hacemos esto de más) y es muy común que nos distraigamos y pensemos en todo menos en el punto que estamos por jugar.
Al tenista se le alaba mucho desde pequeño y la mayoría de las veces aunque no haya jugado bien se le dice que todo estuvo bien. Al que ganó que lo hizo de maravilla y al que perdió que fue solo un mal día y que a la próxima gana. Hacemos esto para auto-defender a nuestros pequeños y que no los vayamos a “lastimar”. Desde pequeños nos vamos acostumbrando a esto y no es fácil encontrar a quien después le guste recibir críticas, aunque sean para su propio bien.
En una serie Copa Davis no hace mucho nos enfrentamos a Canadá y vi muy marcado este ejemplo. Tratábamos de hacer énfasis en una situación ante nuestros jugadores mexicanos y cada vez que dábamos un ejemplo, nuestros jugadores tenían una respuesta o nos daban una negativa a lo que tratábamos de explicar. Un día, fuimos a ver a los canadienses entrenar. Milos Raonic jugó un set ante Frank Dancevic y aunque no fue un buen set, Milos lo ganó 7/6. Lo que nos impresionó fue que después de este set, el entrenador de Raonic, lo separó de la cancha y se puso a hablar con él, y no parecía que eran elogios para el jugador. Durante 15 minutos el jugador que estaba en #22 del mundo ATP en ese entonces, no hizo más que asentir con la cabeza a las indicaciones de su entrenador y a los pocos minutos estaba de nuevo en la cancha corrigiendo lo que se le había indicado.
Cuando alabamos de más a un jugador desde pequeño no estamos haciendo lo correcto. Creo que es por esta razón que no nos gustan las críticas, que tanto padres de familia como los mismos jugadores cuando alguna crítica no les parece, empiezan a cambiar de entrenador, de compañero de dobles y en algunos casos hasta cambian de club.
Poco a poco nos vamos creyendo que somos “más” y que merecemos un mejor trato. Nos creemos que merecemos una mejor cancha para jugar, contrato de raquetas, apoyo de asociación o federación, una beca deportiva , o hasta en algunos casos que nos atiendan como nosotros creemos que nos deben de atender nuestros padres, amigos o entrenadores.
Por un lado creemos que es necesario levantar el autoestima de nuestros pequeños, pero por otro después nos quejamos de que ya se les subió mucho y que no podemos ni hablar con ellos. Y el problema que veo es que no les enseñamos a ser humildes.
Una vez que conseguimos algo por nuestro tenis creemos que merecemos más y muchas veces no se valora lo que se tiene. No valoramos al entrenador que muchas veces se pasó horas extra con nosotros, que se levantó muy temprano para llevarnos a algún torneo o que simplemente dejó de hacer cosas para estar presente en nuestro partido. Lo mismo pasa con quien en algún momento nos apoyó y por alguna razón cuando algo no nos gustó (nos lastiman el ego) nos hacen alguna crítica que de acuerdo a nuestro ego no nos merecemos y simplemente cambiamos de entrenador. Muchas veces también he visto a niños exigir a sus padres que les traigan algo de tomar a la cancha y en otras ocasiones los mismos jugadores callan a sus padres cuando estos aplauden algún punto.
Entonces me pregunto, que estamos haciendo mal? Es bueno o no aumentar el ego y la confianza en nuestros pequeños? Hasta qué punto tenemos que seguir con esto? O el problema cae en enseñar más los valores en nuestros pequeños y hacer que sean agradecidos y humildes? Cuando les vamos a enseñar a que sean más responsables de sus actos y asuman las consecuencias? Mientras más pronto les enseñemos a madurar en este aspecto, creo yo, que tendremos mejores tenistas, pero lo más importante, mejores personas!