POR ALEJANDRO ÁLVAREZ ZENITH
Cando nos acordamos de los momentos felices que tuvimos en el CDCh es casi imposible omitir el nombre de Joaquín Araico Río, quien en su gestión como director hizo cosas muy importantes que no pueden pasar inadvertidas.
Fue Joaquín Araico Río, quien negoció con los familiares o agentes de Andrey Rublev su presencia en el Abierto Juvenil Mexicano, lo cual catapultó al torneo a nivel mundial, pues desde ese momento en años posteriores se interesaron jugadores top.
Araico Río, trató como rey al ruso y lo llevó a los programas televisivos de mayor audiencia en México. En la oficina central del CDCh se dieron reuniones muy amenas después de los partidos.
Desde esta tribuna le mandamos un afectuoso saludo al gran Joaquín, quien tuvo una gestión muy alegre, intensa y rica de momentos inolvidables tanto en lo deportivo como en lo cultural. Grande Joaquín…
Volveremos algún día a la catedral del tenis mexicano…