ALEJANDRO ÁLVAREZ ZENITH
Para garantizar la supervivencia los políticos cambian de piel al igual que las víboras más venenosas, a fin de sostenerse en un cargo o simplemente para manipular situaciones que mejor convengan a sus mezquinos o nobles intereses de acuerdo a la óptica con la que se mire.
En el caso del tenis recuerdo perfectamente fuertes expresiones en contra del ahora presidente de la Federación Mexicana de Tenis, empero, algunos de sus detractores tuvieron a bien para sus intereses colocarse y así tener influencia a través de iniciativas que ante similares negligentes y al calor de una junta de consejo dieron la impresión de ser efectivas para cambiar la situación del tenis nacional, sin embargo, para entender la realidad sólo basta con darle una revisada a los rankings mundiales.
Ahora que se avecinan elecciones las personas que manejan intereses al igual que las víboras cambian de piel y aprovechando los cotos de interés o de poder que tienen a su alcance para ofertar a los candidatos y de una forma convincente manifiestan lealtad a cambio de tener injerencia en la operación del diario acontecer de la institución o sea la FMT, una vez que se cuente con los recursos que asigna el Gobierno Federal y la iniciativa privada para la ejecución de programas.
El actual rector del deporte mexicano Alfredo Castillo, visto desde afuera y sin que tengamos pleno conocimiento de lo que está sucediendo, ha manifestado que las federaciones deben ser claras en el uso de los recursos que asigna el Gobierno Federal para la formación deportistas, para el apoyo de los mismos y para la ejecución de programas, eventos deportivos, lo cual nos parece muy bien.
También al Gobierno Federal le hace falta en nuestro punto de vista encargarse a través de personal calificado de la supervisión del desarrollo de los deportistas, a quiénes se les invierte para alcanzar objetivos. Tan es así que hoy en día en el caso del tenis no existe un programa nacional que logre detectar en un país de más de 100 millones de habitantes a talentos de cualquier estrato social con cualidades naturales para jugar y con la mentalidad qué se requiere para trascender.
Irónicamente con el dinero del Gobierno Federal particulares son los que ajustando a sus intereses se ponen la bandera de salvadores del tenis y aprovechan la luz de los mejores para tener una voz dentro del tenis, esto ha venido sucediendo en las últimas décadas y por ello hemos estado estancados, pues queda claro que se manejan más intereses de poder qué intereses que tengan el objetivo claro y contundente de velar por el buen futuro y desarrollo de las personas que en nuestra realidad logran brillar.
Si no cambia esta situación el nuevo presidente de la Federación Mexicana de Tenis al concluir su gestión habrá fracasado, pues no se ve que los tenistas nacionales tengan un trayecto bien planificado soportado por una hegemonía qué se debe ratificar para poder sostener el acceso a los beneficios.
Entonces no se podrá erradicar la metamorfosis que se da con dirigentes, oportunistas qué ajustan el color de su piel de acuerdo a su conveniencia con todos aquellos quijotescos o malosos que tienen por diversas circunstancias la posibilidad de llegar a la presidencia de la Federación Mexicana de Tenis.
Ahora que hemos estado alejados de las campañas que se están orquestando, nos da risa cuando de rebote un tipo que le muestra lealtad a un candidato y del otro lado de la red se oferta con su competidor. Esto simplemente es por ser parte del manejo de los intereses.
El gran error del actual presidente fue haberse dejado rodear de gente que tuvo la capacidad de alejarle a las personas qué le guardaron lealtad y que lo ayudaron para acceder a la presidencia.
La debacle del actual presidente en su imagen se comenzó a dar en la serie de Copa Davis que sostuvo México contra Perú en Puebla y sólo hay que revisar quienes tuvieron en sus manos la organización.
En fin, nosotros sólo esperaremos a qué se deben los acontecimientos y a través de un voto se conozca al nuevo presidente de la FMT, quien debe de tener muy claro que la fórmula mágica no la encontrará en el tenis argentino, sino que tendrá que fabricar un traje a la medida a las características el tenista nacional.