Por Alejandro Álvarez Zenith
XXXVI AL SERVICIO DEL TENIS
Alejandro Burillo una vez más supera una crisis que en otros países fue letal para la realización de una justa tenística.
Tradicionalmente en un país tercermundista como lo es México las devaluaciones han sido parte de la realidad durante décadas y en lo que toca al Abierto Mexicano el señor Burillo logró superarlas.
A causa de la pandemia se dieron cancelaciones masivas de torneos. Tan es así que en el 2019 la ITF ordeno la cancelación del ITF de Irapuato en la ronda de los cuartos de final y algo similar sucedió en Cancún con una justa mixta de 15 mil dólares.
En Australia cuando se detectaron casos de Coronavirus se suspendió el acceso de público y antes los protagonistas en cuarentena.
Pero en el Abierto Mexicano al calor de un temblor sucedieron hechos más que sorprendentes y se logró concluir la fiesta con detecciones de casos de Coronavirus siendo el más representativo el de Raúl Zurutuza, el cual se hizo público por el departamento de prensa de la justa, lo cual genero una serie de publicaciones.
Medios serios consignaron más casos de Coronavirus y el Abierto Mexicano continuó llevándose a cabo bajo una reglamentación que se notó a través del cubre boca y pruebas a los presentes antes de su ingreso.
El mensaje que dio el Abierto Mexicano para muchos es el que se debe seguir en el mundo porque un adulto debe tener claras las medidas de protección que debe seguir y tiene el derecho de decidir si enfrenta un riesgo o no.
Los conservadores tendrán otra opinión, pero lo cierto fue que contra viento y marea el Abierto Mexicano inicio y terminó en su XXVIII edición. Y el mundo sigue, mientras no lo absorba el sol.
