EL SENTIMIENTO DE CARLOS SOTO POR EL CIERRE DEL CASABLANCA ATIZAPAN

Hola qué tal, estuve reacio pero este 25 de diciembre me llego el sentimiento!!!
Aproximadamente hace 35 años, es decir cuando nací llegue al club y a la cadena casablanca, mi sede fue el Atizapan. Al paso de los años y después de intentar o inscribirme a varios deportes como lo fueron gimnasia, natación, karate, etc, me decidí o me gusto mas el tenis.
A los 7 años ya traía mi raqueta y estaba armado con indumentaria que en ese tiempo se pedía como obligatoria para poder jugar al tenis es el casablanca Atizapan, tenis especiales para practicarlo, ropa preponderadamemte blanca y playera con cuello (así lo dictaba el reglamento, que estaba en un anuncio grande fuera de la cancha 1 o estadio).
Entre semana era fácil, tenias tus horas de clínica, pero los fines de semana era tanta la afluencia que podías esperar 2 horas para jugar 1 hora dobles entre familia, mis papas, mi hermana y yo, por lo que bajabas a desayunar a la cafetería, un lugar no de lujo pero si muy cómodo y con una buena carta.
Al paso de los años los que eran de mi camada fuimos creciendo y siendo más competitivos, recuerdo que fuimos campeones estatales en varios «Inter clubes» que realizaba la ATEM, pasando por encima de la selección que tenía los Casablanca o demás clubes fuertes del estado.
El fin de semana se dividía en un día los de clase a, b, c y d, y otro día 14, 16 y 18 años y menores, era un ambiente familiar pero de competencia fuerte!!!.
El Atizapan día que fuera estaba lleno, tanto que entre todos los días al final tenías más amigos ahí que en tu misma escuela, con fines comunes y sanos; como un sábado podías estar jugando beisball tenis en el area verde, tocho, fut o hasta quedamos, ahí en verdad pase mi mejor etapa de la vida.
De pronto pasaron los años, fuimos el único club creo en el mundo con canchas de tenis de tartan, todos nos veían feo, pero vaya que estaban padres o si no únicas. Cambiamos a canchas duras de nuevo, muchos usuarios que yo no entendía empezaron a migrar, mi papá decía, es que hijo cada vez es más difícil tener un club, aprovéchalo!!! Por eso yo estaba ahí 6/24.
Sin darme cuenta bien, los profesores de tenis cada vez fueron más rutinarios, las instalaciones a convertirse en viejas, el servicio a ser más ineficiente, mi club empezaba a perder esa magia, de 25 chavos del grupo quedaban 7 u 8, digo quedaban porque yo tuve que buscar entrenar en otro lugar, aunque nunca dejé el club, mientras no hubiera torneo sábado y domingo ahí estaba desde las 8 de la mañana hasta las 3 pm.
El Atizapan dejó de preocuparse por los socios y empezó a preocuparse en cobrar más y meter gente que digamos, no tenia la cultura de un club social o competitivo, se empezaron a perder cosas, había ya borrachos, alguno que otro rumor y ya no era tan padre ir.
No sé en qué momento la gerencia o el corporativo de Misisipi dijo voy a dejar de estar afiliado a la ATEM, adiós Inter clubes, torneos estatales, seccionales o nacionales como sede, es más en los Inter Casablanca éramos el fuchi de la cadena de los clubes, todo por la mala administración.
Las clínicas se empezaron a vaciar, las cuotas a subir, el servicio cada vez peor, las actividades eran ya pocas, la cafetería no tenía jugos en el desayuno, lo leen bien, en el desayuno!!! Las canchas que estaban a veces llenas hasta el cierre del club, a las 12 u 11 en fin de semana estaban desoladas, mal pintadas, con tierra, hoyos en las redes y a veces con latas de cerveza tiradas.
Así fueron los últimos 5 años de mi vida en este maravilloso club, ya sin hacer deporte si no asistiendo a crudear o a jugar domino porque ya no había jugadores de tenís… los aquellos tiempos de retas, torneos, escaleras habían quedado solo en los recuerdos de los que seguíamos fieles.
Esta pandemia y desde hace un año entró un cáncer al tenis en todos los casablanca la escuela IDTC, dirigida por Segal, si ese mero, el del proyecto nacional de tenis, quien en lugar de sumar vino a matar cualquier esperanza de crecimiento y fomento del tenis.
Así sin pena ni gloria les escribo y cuento cómo se me fue la ilusión de algún día meter a mis hijos a disfrutar y vivir lo que algún día yo viví en ese mágico club, en mi segunda casa como el slogan lo decía.
Con tristeza vi cómo lo cerraron, con tristeza veo cómo la organización cae como dominó, con tristeza me dirijo a otro club, con tristeza, así acabo el casablanca Atizapan, triste y abandonado!!!
Que sería de mi sin ese club, que infancia hubiera tenido, que historias contaría; no lo sé, pero lo que sé es que me duele que no habrá más generaciones que cuenten lo que yo conté y viví.