El circuito de Cancún le quedó grande a la dirigencia nacional, entrenadores nacionales salvo honrosas excepciones, jugadores mexicanos salvo honrosas excepciones y sobre todo a capitanes de escuadras nacionales.
Para abaratar los costos de operación de un jugador mexicano se le dio vida a Cancun Tennis Academy. Los tenistas fifi en algunos casos le hicieron el feo, otros se quejaban de las condiciones, pero existió la posibilidad de entrar a una cancha y enfrentar a grandes jugadores con la ventaja de que el mexicano que no tuviera dinero podría buscar un lugar para vivir barato.
Al final del día donde se ganan las batallas y los puntos es en la cancha de tenis. Ahora un mexicano que quiera jugar torneos en el mismo lugar para evitar gastos de traslado debe apuntar a Turquía, Egipto o Túnez. Y tenga la seguridad de que le saldrá más caro, pero … Hay como se quejaban.
Los capitanes de elite de las escuadras nacionales debieron organizar concentraciones federadas sin costo una semana antes del arranque de la competición. Como los mejores jugadores son parte de academias que difícilmente los sueltan, trabajar con aquellos que no necesariamente son los mejores, pero que tienen el deseo de ser parte del tenis de competencia fue una opción.
Si los convocados no ingresan al main draw buscar perdedores de primera ronda para coordinar partidos con algunos incentivos para que se de el interés.
Echándole coco se pudo hacer mucho, pero esta vez los tenistas con jerarquía en el ámbito federado quedaron a deber.