En sus tiempos de juventud Víctor Arana le apodaban el “Abuelo”. Hoy Víctor puede compartir ese apodo con todos porque prácticamente todos son abuelos y en tiempos actuales la apariencia lo demuestra.
Aun así la mayoría mantiene ese gusto por el tenis y en el caso de Víctor lo recordamos afectuosamente como jugador y como entrenador de Enrique Abaroa, quien llegó a ser reconocido en ceremonia realizada al calor del Roland Garros como el uno del mundo.