Durante los últimos años, Dunlop y la Federación Mexicana de Tenis (FMT) tejieron una alianza estratégica que no solo definió la cancha, sino que marcó un antes y un después en la historia del tenis nacional. En tiempos de incertidumbre, pandemia y escasez, ambas partes apostaron por una pelota uniforme —de caja y bote garantizados— para todos los circuitos oficiales, tanto nacionales como internacionales. Altura o nivel del mar, daba igual: el juego estaba asegurado.

Gracias a este acuerdo, miles de tenistas compitieron con calidad. Desde los torneos infantiles y juveniles hasta los ITF sub-18 —con el J300 como insignia en el occidente del país—, pasando por las competencias de veteranos, campeonatos mundiales, Copa Davis y Copa Billie Jean King, Dunlop fue el hilo conductor de una etapa brillante para el tenis mexicano.

La FMT cumplió con creces en el plano competitivo. Dunlop, por su parte, alcanzó su mayor presencia en México, impulsada por la visión y el trabajo de Manolo Gómez su representante en territorio nacional. Aquí no se puede descartar a Carlos González por haber hecho buena elección en el inicio d su mandato.

Sin embargo, todo ciclo tiene un cierre.

De forma extraoficial, se sabe que en las próximas semanas culminará esta relación comercial entre la FMT y Dunlop (Junio 30). La pelota, eso sí, no dejará de botar: seguirá rodando en territorio mexicano a través de los torneos ATP y WTA.

Una etapa se cierra. La historia, como siempre, continúa.

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Durante los últimos años, Dunlop y la Federación Mexicana de Tenis (FMT) tejieron una alianza estratégica que no solo definió la cancha, sino que marcó un antes y un después en la historia del tenis nacional. En tiempos de incertidumbre, pandemia y escasez, ambas partes apostaron por una pelota uniforme —de caja y bote garantizados— para todos los circuitos oficiales, tanto nacionales como internacionales. Altura o nivel del mar, daba igual: el juego estaba asegurado.

Gracias a este acuerdo, miles de tenistas compitieron con calidad. Desde los torneos infantiles y juveniles hasta los ITF sub-18 —con el J300 como insignia en el occidente del país—, pasando por las competencias de veteranos, campeonatos mundiales, Copa Davis y Copa Billie Jean King, Dunlop fue el hilo conductor de una etapa brillante para el tenis mexicano.

La FMT cumplió con creces en el plano competitivo. Dunlop, por su parte, alcanzó su mayor presencia en México, impulsada por la visión y el trabajo de Manolo Gómez su representante en territorio nacional. Aquí no se puede descartar a Carlos González por haber hecho buena elección en el inicio d su mandato.

Sin embargo, todo ciclo tiene un cierre.

De forma extraoficial, se sabe que en las próximas semanas culminará esta relación comercial entre la FMT y Dunlop (Junio 31). La pelota, eso sí, no dejará de botar: seguirá rodando en territorio mexicano a través de los torneos ATP y WTA.

Una etapa se cierra. La historia, como siempre, continúa.

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