GOLPE DE REVÉS
Alejandro Álvarez Zenith
En mi mente esta muy presente don Gerardo Morones Sthal, un hombre callado que no se metía con nadie y que tuvo a bien agarrar gusto por el tenis y heredarle ese gusto a sus hijos Gerardo y Eduardo, quienes sin duda son jugadores emblemáticos del Distrito Federal.
En los campeonatos nacionales me toco ver el crecimiento de Gerardo y Eduardo. En esa época su señor padre los iba a ver y como todo un señor se portó a la altura, esto se traduce a mucho respeto para los rivales.
Lo bonito fue que el legado del señor Morones ha sido muy importante en la vida de sus hijos. Gerardo decidió dedicarse de lleno al tenis, mientras que Eduardo a través de su buen tenis hizo relaciones que lo llevaron a la dirección de importantes empresas soportado por un titulo universitario.
Los encuentros con don Gerardo fueron vertiginosos, pues se resumieron a un simple saludo, empero, tenemos que reconocer el hecho de que sentimos mucho respeto y cariño por sus hijos, quienes en este momento han sentido con mucho dolor su perdida, pues queda claro que lo amaron con el más puro de los sentimientos que es el de un hijo hacia un buen padre.
Cuando tuve el honor de organizar la Copa Telcel, en el cartel de los jugadores figuraron Eduardo y Gerardo. Eduardo fue el que tuvo un gran resultado en el Berimbau porque sacaba como pata de mula y en las tribunas siempre contó con el apoyo de su señor padre. En los tornos de veteranos Gerardo ha sido un fiel protagonista de las rondas finales y queda claro que don Gerardo estaba más que orgulloso.
Hay muchos recuerdos, pero lo único que puedo decir es que lamentamos su fallecimiento al igual que muchos seres queridos y tenistas que llegaron a valorar su señorío, uno de ellos Jorge Rendón. Descanse en paz.