Los clubes en el Estado de México permanecen cerrados, lo cual es lamentable porque en sus instalaciones se pueden realizar actividades al área libre generando así una derrama económica importante para muchas familias.
Lo más lamentable tiene que ver con el hecho de que algunas empresas externas a los clubes les complican la vida a los entrenadores al convertirlos en clientes en lugar de empleados, pero al final del día son retos que se presentan y hay que superarlos.
Deseamos que los clubes mexiquenses tengan la luz verde para operar porque no queremos que suceda lo mismo que en otras entidades, es decir, que ante un problema financiero se dan cierres definitivos. En el Estado de México el referente es el Casablanca Atizapán.