Qué duro pegaba Benito Schon.
Por Carlos Medrano de la Torre.
Para Respuesta Deportiva.
A principios de los 70s durante el torneo de Semana Santa en San Luis Potosí. en los jardines del Club Deportivo Potosino fue colocada una mesa donde era dilucidada la siembra del dobles del torneo con las parejas de Benito Schon y Tavo Martinez, Carlos Medrano y Rodrigo «Amigo» Martínez y Raúl Ramírez con Raúl Contreras, se decidió que estos últimos quedaban en la primera posición, nosotros en la segunda siembra y Benito y Tavo en la tercera, ellos eran preseleccionados «Copa Davis» pero el «Amigo» Martínez y yo éramos sub campeones perdiendo apretadamente un año anterior contra Joaquin Loyo Mayo y «Chente» Zarazúa pero habíamos derrotado a Luis Baraldi, al «Chiquilin» Gonzalez a Tom Gorman y Andrés Donnadieu y a los «Copa Davis» de Nueva Zelanda, Parun y Simpson.
Benito Schon ofendió a Rodrigo diciendo que era un simple «Atajador», sin medir consecuencias me enfrenté a Benito a pesar que el gozaba de fama de gran fajador, pero yo era jugador de futbol americano de «McNeese State University» y aunque mi posición era de pateador, era también reserva de «defensive back» y estaba acostumbrado a golpearme con jugadores superiores en peso y estatura en las prácticas y además me encantaba de aventarme tiros con cualquiera, el «Round» duro un rato y terminamos con las playeras razgadas y moretones, por ahí se encontraba el equipo futbol «San Luis» con el que yo entrenaba eventualmente y al ver que intervenía Raúl Contreras (era para separarnos) mis amigos pensaron que estaba interviniendo y «Bolas» que se lo descuentan, mi cuñado, esposo de mi hermana pasaba por ahí y se iba a descontar a «Chente» Zarazúa, yo lo detuve, pero se juntó muchisima gente.
El siguiente torneo fue en Guadalajara y varios del equipo mexicano estábamos reunidos en un popular lugar «non santo» de la capital de Jalisco, me pare al baño y ahí estaba «Chente» Zarazúa y Lucio Baltazar, esta pareja de «MULAS» nos empezaron a calentar a Tito y a mí que segundos antes había entrado también, y ahí nos tienen a Benito Schon y a mí trenzados nuevamente hasta que nos volvieron a separar, en este segundo «tiro» pude constatar lo duro que pega con la zurda aunque estoy seguro que lo mismo a de decir mi buen Tito de mi patada con la pierna derecha.
Hoy cuando nos vemos, nos abrazamos con mucho cariño, esos trancazos que nos dimos fueron locuras de juventud y eso quedo en el pasado y hoy solo nos une una gran amistad y el recuerdo de su fuerte pegada de su gancho de izquierda.
