Siempre hemos dicho que los entrenadores con visión detectan a los talentos. Esto fue lo que sucedió con Omero sin H cuando vio a Alfonso “Chiquirringo” González y decidió desarrollarlo como tenista.
Alfonso fue reclutado por la Universidad de Texas y ya es parte del salón de la fama. Al concluir sus estudios se metió de lleno al circuito siendo 229 del mundo con este ranking hoy sería la estrella del equipo Copa Davis.
Con el respaldo de una carrera universitaria, Alfonso fue campeón de México en 1983 venciendo en la final del nacional a Javier Contreras en el Club El Yaqui. Y al terminar su carrera como jugador se movió a Bélgica donde entrenó a grandes figuras y hoy tiene su escuela de tenis y vive como rey.