El Centro Deportivo Chapultepec fue sede de la primera serie de Copa Davis disputada en México en 1925, desde entonces ha sido sede de grandes torneos que han dejado huella en la memoria de los aficionados de la vieja guardia y actualmente esa grandeza se ha revivido a través del Abierto Juvenil Mexicano que encabeza Joaquín Araico.
Fue en 1968 cuando el mexicano Joaquín Loyo Mayo venció al estadounidense Arthur Ashe en la semifinal del Torneo Panamericano. Ese año Ashe ganó como amateur y profesional el Abierto de Estados Unidos, pues en ese entonces nació lo que se llama ahora la era abierta del tenis mundial.
La final fue conquistada por el célebre Rafael Osuna, primer tenista latinoamericano que ganó un grand slam en 1963 defendiendo los colores de su país, pues el peruano Alex Olmedo y el hijo de chihuahuense Pancho González lo hicieron por Estados Unidos.
Si usted analiza la historia del tenis mexicano se dará cuenta de que hay muchas páginas de triunfalismo y todos los que han contribuido con su granito de arena pueden estar orgullosos de lo que hizo en diferentes épocas y en condiciones diferentes.
Fue en el Deportivo Chapultepec donde Raúl Ramírez ganó el internacional de México para menores de 18 años venciendo en la final a Tavo Martínez. Esa fue su plataforma para el estrellato, pues luego fue cuarto del mundo en singles y número uno en dobles.
Hoy en día el Abierto Juvenil Mexicano tendrá como referente a la mexicana Renata Zarazúa, una jugadora con historia, dado que su padre José Luis desde que estaba en el vientre de su señora madre ya soñaba con que fuera tenista de elite, pues es sobrino de Chente Zarazúa y por ser del France estuvo muy cercano a Leo Lavalle cuando fue jugador.
Por todo lo expuesto nuestro respeto para los organizadores del III Abierto Juvenil Mexicano porque han hecho un trabajo digno de exportación, dado que convocaron a los mejores juniors del mundo y tengan la seguridad de que durante la semana se verán situaciones espectaculares, simplemente porque los juegos se verán en la catedral del tenis mexicano.
Desde esta trinchera extendemos una invitación a los aficionados para que acudan a los encuentros y disfruten del espectáculo, sobre todo porque en el Valle de México existe la mayor población de jugadores, lo cual genera beneficios a nivel nacional porque muchas academias del interior se nutren de raquetistas metropolitanos.
