Los aficionados de hueso del Club Alemán seguramente recuerdan la última edición del Abierto Mexicano. Para ellos era muy cómodo ver a grandes estrellas, dado que, lo único que tenías que hacer era conseguir o comprar un boleto.
En total fueron siete ediciones que fueron conquistadas por el austriaco Thomas Muster (4), el español Francisco Clavet, el checo Jiri Vandek y la última consagró en México a Juan Ignacio Chela, quien en ese momento fue pupilo del profesor Rubén Puerta.
Si bien es cierto que Chela proveniente de la previa venció en la final a Mariano Puerta por 6-4, 7-6 (4), hay que decir que ese año por primera vez dos de tres wild cards fueron para extranjeros: Puerta y Sergi Bruguera. Ese año el torneo le dio entrada a Alejandro Hernández Juliá.
En mensaje era claro:
El tenis mexicano dejo de producir jugadores con el nivel para ser considerados y de eso ya pasaron 22 años. De tal forma que el problema del tenis nacional se centra en producir jugadores de elite.
Mientras que en la mente de la dirigencia del certamen lo importante fue traer figuras de nombre para darle más trascendencia al torneo. Hay que decir que Bruguera ganó su último torneo grande en 1994.
