Por Alejandro Álvarez Zenith
Dentro del mundo del tenis puedes vivir momentos de forma paralela con otras personas. Y puedo decir que tuvo el honor de coincidir con Agustín Moreno desde su infancia, adolescencia y etapa madura en el mundo del tenis.
Lo vi protagonizar torneos infantiles siendo el primero en el Estado de México, más adelante vi como sorprendió en justas juveniles dentro y fuera de México y me toco verlo en acción en justas de Grand Slam y el año que me viene a la mente fue 1988 en el US OPEN.
También estuvimos al pendiente de su debut contra Canadá en territorio canadiense teniendo de pareja a Pancho Maciel y lo vimos debutar en singles en duelo contra Gran Bretaña en el Club alemán en 1987.
Durante décadas hemos conversado con Agustín y dentro de lo que cabe se puede decir que ha sido el mismo, es decir, siempre se portó gentil y con disposición de ayudar y dialogar.
En cancha cuando apoyamos a jugadores de alta competencia lo tuvimos de rival y también lo vimos desempeñarse en otras funciones del tenis siendo la más impactante la capitanía del equipo nacional femenil porque ante la auto-baja de jugadoras se las ingenió para llenar los huecos y tener excelentes resultados.
Cuando el tiempo corre se puede justificar una trayectoria y en consecuencia si lo mereces puedes ser el centro de un homenaje y así sucedió con jugadores de la talla de Maciel, dado que el estadio del Campestre de Querétaro lleva su nombre y ahora acaba de suceder un 14 de agosto de 2021 lo mismo con Moreno, ya que el estadio del Club Providencia lleva su nombre.
Lo curioso tiene que ver con el hecho de que Moreno debuto en Copa Davis junto a Maciel y ahora comparten una distinción similar en la que estuvieron presentes una trilogía de promotores tenísticos que están haciendo historia en tiempos de pandemia, nos referimos a Juan Hernández, Gustavo Santoscoy y el no menos celebre Norberto Mantiñan.