Por Alejandro Álvarez Zenith
Un hecho inédito en la historia del tenis mundial corrió a cargo del español Rafael Nadal, quien logró acreditar once cetros del Roland Garros, tras vencer en sets corridos y con autoridad al joven austriaco Dominic Thiem por 6-4, 6-3, 6-2.
El estadio completamente lleno. Thiem vestido con short blanco y playera azul mermado de la pierna se atrevió a enfrentar al científico de la arcilla, es decir, Rafael Nadal, quien en cada golpe encuentra dirección, colocación y potencia.
En el cuarto juego de tercer set se le acalambró la mano a Nadal. Eso no se ve fácilmente en el mundo del tenis. Normalmente los calambres son en las piernas. Lo cierto es que Nadal es un jugador muy lastimado de su cuerpo y aún así ha tenido la fortaleza para sobreponerse y por eso ha sido uno del mundo.
El español con una fuerza sobrehumana se repuso y se fue 5-2 quebrando el servicio al austriaco devolviendo cruzado corto. Thiem fallo en su intento de devolver.
De tal forma que Nadal 5-2 y el saque. 15-0 con saque sobre el revés. 30 -0 con peloteo. 40-0 con primer saque. Nadal cedió dos puntos, luego de intentar dejadita. Ya con 40-30 hace falta y falla revés. Thiem respira al igual a 40-40. Tremendo intercambio que falló de derecha Thiem y cuarto punto de match para Nadal y perdió un revés.
En su quinto chance Nadal cerró con un primer saque que sacó el austriaco por la linea de fondo.
El legendario australiano Ken Rossewall, ganador en 1968, año que inició la era abierta del tenis, le entregó la Copa que lo acredita como el monarca del Roland Garros por 11 veces.
Tras fuerte ovación el arcillista más grande de todos los tiempos antes de escuchar el himno de España fue ovacionado y derramó lagrimas a sabiendas de que sus logros rompen con todo lo establecido.
Cuando tenía 11 años te vi ganar y me dio gusto, dijo Thiem, así mismo recordó que perdió la final siete años atrás «espero cumplir mi sueño».