Para gobernar cada cabeza es un mundo lo que para unos puede estar bien para otros puede estar mal, pero al final del día la cabeza decide.
Y esta vez pondré a Miguel Gallardo como ejemplo sin que esto resulte una crítica. Luis Patiño es un jugador bien armado que luce mucho, pero hoy Alejandro Hernández está cien lugares arriba en el ranking de singles. Y hay quienes ya dicen porque no se le dio la oportunidad.
Gallardo al ser la cabeza tomó la decisión y se le debe respetar porque es el que tiene la responsabilidad. Imagine que el médico, el asistente y el resto de su equipo lo quiera satanizar y amotinar porque no les parece como maneja al equipo.
A los políticos del tenis los exhortamos a reflexionar sus acciones porque el tenis mexicano no merece más escándalos. La ropa sucia se lava en casa.