FOTO: LEO LAVALLE, RUBÉN Y LUCIO BALTAZAR
En el Tacubaya practicaban los hermanos Rubén y Lució Baltazar, este último tenía un tenis mágico… Con unas quebradoras y dejaditas fuera de serie… El tenis que vi en ellos se me quedó grabado.
Inspirado por el tenis excelso de esos hermanos conquisté mi primer torneo que fue el tradicional “Azteca de Oro”. Al paso del tiempo me di cuenta que fue el primer torneo en el que intervine y en ese momento no me pasó por la mente ser profesional.
Los tenistas de esa generación disfrutaban de los taquitos de “doña Sefe” que seguramente para los que los disfrutaron fueron legendarios. Por ahí conocí a Audrey Balbiers, Rafa y Miguel Belmar, las hermanas Jeniffer y Nancy Realme, así como al pequeño Ricki. La pasión por el tenis se contagiaba y respiraba en cada momento.